lunes, febrero 12, 2007

Gracias por esta nueva forma de silencio

Para defenderme del tiempo, construía binomios con los estímulos que recibía mientras caminaba por la Avenida Juárez. Ausencia de otoño/ letreros luminosos que ofrecen cambio de dólares. Una calle sin árboles/ tres prostitutas que caminan del otro lado de la acera –la mayor lleva un vestido blanco, botas y un sombrero texano. El frío seco que se respira/ sucios locales de comida. Ella me dijo que lo más bello de esa ciudad era el silencio. Entonces comprendí que el sonido de la palabra osha no refleja las texturas que esconde este desierto, de la misma forma en que hace años comprendí que no debía preguntar sobre la sangre, ni el humo de las chimeneas que se aparecen en el camino hasta no sentir la necesidad de los secretos. Piedra sobre piedra. Como este bullicio de la madrugada que parece indivisible. De igual forma, uno ve esos ojos negros y brillantes y ya no hay necesidad de averiguar por qué Bach no tiene cabida para ella. Sólo importa recordarla cuando dice: “Esta ciudad es su silencio”. Y mientras aprendo a callar, registro todas las risas, los vasos que no se dan cuenta que ha caído la noche porque prefieren la necedad de vivir con la convicción de que la palabra puede ser compartida. La palabra osha se deshace, las raíces se deshacen, las preguntas sobre el chuchupaste se deshacen. Importa la mesa que no cambia de lugar –la forma en que la lengua y la boca se queman. De regreso, me admiro una vez más del cielo y me digo que es natural que aquí se vea más hermoso que en ningún otro lugar –el punto ideal para otear la maravilla que es el cielo no podía ser otro que el infierno. Termino esta noche colocando una hoja con cuidado sobre esta Royal que es otra fiesta innombrable. Casi con temor, tecleo por vez primera en ella. Ligusticum porteri. El sonido de los 20 golpes se pierde entre los muros y la ventana, en esta ciudad donde no existe el silencio. Mientras vuelvo a guardar todo, deslizo mis manos por la caja y sonrío al comprender que por esta ocasión he podido defenderme del tiempo. O quizá la amistad y el alucinante color rojizo del desierto lo han hecho por mi. Es por ello que apago el disco de Brian Eno y, mientras abro mi ventana para sentir el frío de la noche, me sorprendo a mí mismo actuando como si en medio de esta ciudad el silencio también pudiera existir.

4 Comments:

Blogger edegortari said...

Acabo de leer tu libro y me gustó mucho. La sección "cuaderno" me parece la mejor. También la primera parte tiene grandes momentos. Muy bueno. Saludos.

4:10 p.m.  
Blogger Jorge Solís Arenazas said...

Eduardo:

Muchas gracias por la atención para el librito. En realidad yo planteo el libro como cuatro poemas, pero construidos a partir de varios fragmentos. Supongo yo que un "autor" lo único que hace es, a menudo, autoengañarse respecto de la escritura. En este estricto sentido, diré que, justamente, los textos que más me siguen importando son los de "Tabula rasa" y los de "Cuaderno", quizá porque ahí la confusión está más presente, o porque... Bueno, ¿qué más da?

Gracias por visitar el blog, saludos

4:44 p.m.  
Blogger Ignacio Muñoz Cristi said...

Hola Jorge,
soy ignacio muñoz, el chileno que conosiste por estos lados australes en el Poquita fe 2006, el de El Libro de Oro del Movimiento Lúdico.
Te escrivi al correo de prodigy que me diste pero parece que no te llego.
Simplemente felicitarte por tu libro, me gustó lo encontre de gran calidad.
y tambien contarte que subí un video de tu participación en el poquita fe, que lo puedes ver en el sitio de youtube: www.mlfilms.dedicado.cl
tambien hay unos del Rodrigo Flores.
Un saludo pues entonces mi amigo y cuenteme como le ha ido por allá en la tierra del águila y la serpiente ¿Que tal va todo con la editorial y la revista?

8:04 p.m.  
Blogger nohaypoema said...

jorge:

te ves muy bien en la foto de las elecciones afectivas:

atte
este desgraciado

10:43 a.m.  

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