viernes, febrero 02, 2007

Para llegar al cuerpo

En ocasiones, la escritura se me presenta como una experiencia mediante la cual la conciencia se asfixia y se exacerba. A veces, intenta liberarse a través del infantil gesto que consiste en reafirmar los rostros de su cautiverio. Se fortalece para mejor escarnecerse. Reconocer esto no implica rendirse ante ninguna paradoja. Por el contrario, es una forma de constatar que la escritura es una vía para habitar la apariencia. Es decir: la escritura puede llegar a ser una vía para despojarnos de nuestras ansiedad por el dualismo, desprendernos de falsas fronteras y desechar la incólume definición de distintas fuerzas que si son identificables es gracias a un dibujo mental, el cual se esmera por dotar de "claridad" y "precisión" a algo que, en sí mismo, no es más que una materia oscura.

2 Comments:

Blogger Karina Falcón said...

Se es libre en el cautivero sin duda; el propio cautiverio sonríe coqueto a esa blasfemia/blasfemina del sentirse fuera del cautiverio mismo. Es dificil escribir algo más que no se le pueda encontrar en casa de la apariencia; la palabra sirve para la evocación claro. En muchas ocasiones reitera esa multiplicidad que al ser dicha ya es en sí una "claridad" y "precisión".Al mismo tiempo que se quiere llegar al cuerpo, se va uno alejando de él. No hay mejor acercamiento que este; mejor cautiverio, mejor libertad. Además para llegar al cuerpo se necesita una escalera blanca, una escalera blanca y otra cosita...

K.

5:25 p.m.  
Blogger Jorge Solís Arenazas said...

A veces sé de uno que dijo: "Lo enigmático también es carnal"

12:58 a.m.  

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