miércoles, febrero 21, 2007

Conversaciones diferidas

A manera de ensalmo, esta noche debo encontrar una frase que pueda repetir de manera enfermiza en mi cama, hasta que el vaciamiento de su significado coincida con el vaciamiento de mi percepción. ¿Por fin he caído en las veleidades budistas de la clase media con pretensiones de bienestar interior?, ¿aburrido del psicoanálisis cada miércoles, ahora formularé caricaturas koan para encontrar el camino fácil hacia la iluminación? Por supuesto que no… Tan sólo busco despedir a mi vigilia con un ritual burdo y dejar que el agotamiento de mi cuerpo borre la realidad. Por otra parte, la repetición obsesiva de una frase constituye un efectivo remedio casero para introducirme en el sueño de otras personas; me permite participar de sueños ajenos en tiempo diferido. (No deja de ser curioso: aún en instantes donde “la percepción real” queda suspendida no abandonamos cierta aspiración ansiosa ante la continuidad).

Mi objetivo es sencillo. Regresar a la noche de ayer y enterarme de algunas cosas muy sencillas que enumero a continuación:

1.-El sitio exacto del diálogo y los entrecruzamientos, ¿es conocido como El Nivel, donde la gente cumple la centenaria tradición de vaciarse cervezas en el pantalón antes de acudir a soporíferas presentaciones de libros?

2.-En la mesa donde, sin lugar a discusión, reposa un bourbon en las rocas, ¿le acompañan una cerveza clara y un vaso de agua mineral?

3.-Cuando quien toma la cerveza ríe estrepitosamente, ¿los otros piensan, sin confesarlo, que ellos aún no pueden reír de esa manera o –caso más probable– que ya no pueden reír con ese ímpetu?

4.-Al escuchar que si un autor pretende transmitir un mensaje termina por generar una tensión con el lector y de esa forma sólo comunica la superficie, ¿quién bebe la cerveza dice: “no sé, no sé”, con una negación cómplice que pone de buen humor a todo mundo, mientras eleva su tono de voz y tuerce muy ligeramente la boca sin darse cuenta?

5.-Al escuchar ese mismo planteamiento, ¿quién bebe agua mineral menciona que, a su juicio, lo único que un autor puede transmitir –más allá del tedio, que acaso no se transmita, sino se provoque- es treponema pallidum, streptococcus pyogenes, mycobacterium leprae…?

6.-Enfebrecido por sus propias incoherencias, ¿quién bebe agua mineral insiste en que, de cualquier forma, el autor se ve anulado debido a que toda escritura es superficie, nada más que superficie?

7.-Al compartir desvaríos, ¿todos asumen que el coloquio no es tanto entre ellos como entre sus respectivas necedades, donde por fortuna no hablan su “oficio”, su “talento” o su “conocimiento” sino sus confusiones?

8.-¿Etcétera?

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Como mi dinámica consiste en forzar las cosas, es seguro que hoy no pueda invadir sueños ajenos. Luego entonces, no podré averiguar las respuestas a las interrogantes planteadas. No importa en absoluto… Me basta con asumir que la experiencia del encuentro y la posibilidad de compartir no se reducen a una sola dimensión común. Me basta con experimentar este placer por un diálogo irreal. Me basta con buscar un final efectista a estas líneas, el cual pudiera ser una paráfrasis de cierta cancioncilla kitsch que escuché hace poco, en una madrugada de Ciudad Juárez: a tantos sueños diferidos no, yo no renunciaré…

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Encore dedicado a todos los consumidores de rivotril:

Y no me importan los momentos…
Etcétera.

8 Comments:

Blogger o said...

ah, tengo que saber quién bebía el agua mineral ¿seré yo?
hoy sueño y le digo, o si usted sueña, etc...

4:07 p.m.  
Blogger Jorge Solís Arenazas said...

Como en una obra de Moliére o Racine, aquí los papeles están perfectamente delimitados. Creo que a su mano, querida amiga, le toca el bourbon en las rocas. No hay más. No es por ser atávico, pero ciertas cosas no pueden cambiar. Como el carácter sublime y majestuoso de los poemas dedicados a mi flaca. Como la distribución de las tres bebidas en El Nivel. Invoco a Marx y repito: a cada quien según sus necesidades y a cada cual según sus capacidades.

4:34 p.m.  
Blogger o said...

usted pule todo lo que le cae al pensamiento, solís. En estos sueños no hay agua mineral
nunca ha habido agua mineral
no sé
ni
nivel

4:13 p.m.  
Blogger Jorge Solís Arenazas said...

Enterado de la falta de agua mineral. Enterado de la ausencia de El Nivel. Puedo aceptarlo todo. Excepto lo del pensamiento. Padre de la noche, no nos desampares. Es decir: ¿para qué se nos otorgó la facultad del pensamiento si no es para mentirnos y llamarle a eso "saber"? Bueno, hoy sabemos que... Etcétera. Si los sueños no nos llevaron a El Nivel, habrá que dejarlo pendiente e la vigilia. O a El Árbol o... Quizá ahora toque probar diferentes desvaríos en diferentes ciudades.

4:48 p.m.  
Blogger Karina Falcón said...

Ahora entiendo: "no uno, sino cuatro"; sino cinco, seis, siete; sino etcétera... A cada ciudad sus necesidades y a cada desvarío sus capacidades.

9:13 a.m.  
Blogger adorable esparraguito said...

Confirmado, mi adorado Jorgito: Estare en ese amasijo de capital que es el DFco del 31 de marzo al 9 de abrils. Ojalá no te vayas a vacaciones a Zipolite con tu premio para poder verlos un día, ¿no? Abrazos

11:50 a.m.  
Blogger Jorge Solís Arenazas said...

¿uno, dos, seis, todos? Soy yo quien nada entiende. No se aprovechen de mis grandes limitaciones. Apenas entiendo la cuenta si me enfrenta desde la voz de Pérez Prado. Nada más...

8:01 p.m.  
Blogger Jorge Solís Arenazas said...

Arturo:

Agradezco al cielo que no seas odioso como tu nombre... Ya nos tocará asarnos juntos por acá –el calor viene cada día más insoportable... ¿Podrías traerme El Árbol, psilocibina y algunas nubes de por allá? A cambio podrías llevarte algunos de los cerca de 3 millones de perros callejeros que, se calcula, existen en la ciudad.O cualquier otro adefesio que provocan el orgullo absoluto de la ciudad de la esperanza.

Un gran abrazo...

8:05 p.m.  

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